Es más frecuente de lo que imaginamos que los padres o familiares de los novios no se sientan del todo cómodos cuando la pareja anuncia que no desea tener una ceremonia religiosa en el día de su boda.

Uno de mis compromisos como teóloga y guía espiritual es conversar, ya sea de manera presencial o virtual, con los familiares para sensibilizarlos y compartirles la fuerza simbólica que tiene una ceremonia como la que ustedes han elegido. El resultado de esta charla promueve que tanto ustedes como sus familiares se sientan cómodos al planear la ceremonia y en la participación de la familia en ella.